domingo, 3 de febrero de 2013

Yerma en el María Guerrero



JUAN: No maldigas. Está feo en una mujer.
YERMA: Ojalá fuera yo una mujer.

Todas las temporadas de teatro tienen una obra de obligada asistencia. Estaba claro que una de ellas este curso era Yerma, la obra que publica Federico García Lorca en 1934. En los versos de esta obra, descubrimos la pena de una mujer que no logra quedarse embarazada. Se ha casado con Juan sin estar enamorada, por deseo de su padre; pero Yerma es fiel a su marido, a pesar de no poder conseguir lo que tanto ansía: un hijo. Así es la protagonista de esta tragedia, a la que acompañamos en su particular descenso a los infiernos. La obra se hace más densa a medida que avanza y los versos se cargan de tragedia y angustia.  (No os cuento el final... me quedo con las ganas.)

Yerma… no pudo elegir Lorca otro nombre más acertado.

Se estrenó el 11 de enero en el Teatro María Guerrero y estará en cartel hasta el 17 de febrero. Hace días que se agotaron las entradas. No sé qué tiene el teatro de Lorca que atrae a los espectadores al terciopelo de la butaca como si de un imán se tratara.

Dirigida en esta ocasión por el reconocido Miguel Narros, será Silvia Marsó la actriz elegida para enfrentarse a un reto con mayúsculas: dar vida a la protagonista más trágica que nació del genio granadino. En mi humilde opinión, demasiada obra para el elenco de personajes. Aunque debo reconocer que me pareció un acierto el escenario y las luces. Pero esta entrada no quiere ser una crítica teatral (no me atrevería a tal cosa). Aquí os dejo la opinión de críticos autorizados:


 Y como os comenté el otro día en clase, de nuevo la plémica acompaña a García Lorca. El servicio de autobuses turísticos Madrid City Tour ha sustituido el cartel original de la obra por uno en el que aparecen los personajes protagonistas. El original podría herir la sensibilidad de los niños. Es difícil encontrar un artículo que trate la noticia sin caer en la demagogia, así que mejor buscáis en internet si os interesa esta anécdota (que no deja de ser eso, una anécdota; aunque algunos traten de convertirla en noticia).

Al menos hemos superado la triste época en la que esta y otras obras fueran censuradas, pero no adelantemos temario...